El endocrinólogo argentino Alejandro García señaló que respetar las horas de sueño y corregir el sobrepeso son pilares fundamentales para lograr un buen descanso.

“Parece ser que obesidad y calidad del sueño están muy relacionadas, ya que dormir mal disminuye la acción de la leptina, hormona reguladora de la saciedad, y aumenta la concentración de la grelina -hormona del hambre-, responsable del aumento de la ingesta”, explicó.

El estudio mencionado anteriormente, llevado a cabo en la Universidad de Berkeley, en California, detectó que luego de una mala noche aumenta la necesidad de comer a lo largo del día, y especialmente alimentos nutritivamente pobres y más calóricos, lo cual lleva a desarrollar obesidad más fácilmente o a tener dificultad para bajar de peso.

El doctor asegura que existe una “sinergia” que da lugar a un “empeoramiento de los síntomas tanto si el trastorno de sueño ocurrió antes y empeoró con la obesidad posteriormente desarrollada, como si el trastorno se desencadena a posteriori del aumento de peso”.

Por estas razones es fundamental cambiar los hábitos de vida de modo de llevar una alimentación saludable junto con la práctica de actividad física regular. Y el correcto descanso nocturno no escapa a este estilo de vida.

“Las recomendaciones dependen de cada alteración en particular, pero a aquellas personas que les cuesta conciliar el sueño se les recomienda por lo general no ingerir bebidas estimulantes después de las 18.00 hs (como café, té, mate, bebidas colas o cacao), dormir en un lugar tranquilo o darse un baño caliente antes de acostarse”, explicó García.

El profesional recalcó también que si bien hay personas que duermen durante toda la noche, no logran un descanso profundo, y esto arrastra el cansancio y el agotamiento durante todo el transcurso del día.

Esto se debe generalmente a una deficiente oxigenación del cerebro debido a apneas de sueño, lo cual hace que disminuya el rendimiento psico-intelectual.

Señaló también que en los casos en los que se presentan síntomas como ronquidos excesivos, cefaleas, poca libido o apetito sexual o boca seca al levantarse, se debe consultar a un especialista que indique un tratamiento adecuado con el cual puedan mejorar su calidad de vida.

 

Fuente: El Observador